Cinco consejos para mantener tu sistema Windows tan fresco como el primer día
Microsoft Windows ha sido durante mucho tiempo, y suponemos que seguirá siéndolo, un referente en cuanto a sistemas operativos. Reuniendo ideas de otros sistemas y poco a poco construyendo un completo ecosistema que culmina con Windows 7 y con Windows 8, que está a punto de ver la luz, uno de sus problemas ha sido siempre que unos meses después de su instalación puede volverse completamente inestable y muy lento.
Por eso, he decidido reunir una serie de puntos básicos que sin embargo deberían ser suficientes para devolver la frescura al sistema, y para que podamos trabajar correctamente con la computadora, independientemente de si lo hacemos a través de Windows XP, Windows 7 o cualquier otra versión (aunque espero por vuestro bien que no estéis utilizando Windows 95, o 3.1).
Defragmentar el disco
Se trata de uno de los problemas que siempre ha tenido el sistema Windows, y más concretamente, el sistema de archivos que usa: Anteriormente FAT y FAT32, hoy NTFS y con la llegada de Windows 8, ReFS.
La fragmentación en el sistema de archivos tiene una forma fácil de explicar. Básicamente, consiste en que cada archivo que tenemos en disco en realidad se guarda en múltiples sitios del mismo, debido a limitaciones del propio sistema de archivos. Con el tiempo, y la creación de nueva información, nuevos archivos, lectura de los mismos y el llamado envejecimiento de los archivos, estos terminan por estar completamente esparcidos en el disco, haciendo que el hardware del disco duro tarde más y más en acceder a los mismos, y por consiguiente, enlenteciendo el sistema. Ni que decir tiene que los archivos más afectados suelen ser los del propio Windows, que está constantemente accediendo a ellos y sobreescribiéndolos.
La solución nos la da el propio sistema, o una de las múltiples utilidades que hay para ello: La defragmentación. Este programa incluido en Windows ordena los cachos de cada archivo con el fin de poder acceder a ellos más rápidamente. Es recomendable, por tanto, defragmentar regularmente con el fin de que las operaciones sean rápidas y así conservemos la frescura que parecía tener el sistema cuando lo instalamos. Podéis encontrar la utilidad de defragmentación en el menú de Accesorios, o utilizar Defraggler, por ejemplo.
Desinstalar los programas que no usas
Obvio. Con el paso del tiempo, podemos llegar a tener docenas y docenas de programas instalados. Uno de los problemas de Windows es que permite guardar la información de los mismos en el registro de Windows. ¿Qué es el famoso “registro de Windows”? Una serie de archivos del sistema que conforman información del mismo sobre aplicaciones, programas y demás elementos, y que, por supuesto, puede hacerse muy grande y pesado con el paso del tiempo.
Desinstalar los programas que no utilizamos aligerará el registro, liberará espacio en disco y hará que todo vuelva a fluir tan rápido como antes. Os invito a que visitéis la sección de Programas dentro del Panel de Control. Seguro que encontráis muchos de ellos que ya no utilizáis. Ah, nunca está de más, una vez desinstalados, utilizar alguna utilidad como Wise Registre Cleaner, para limpiar los resquicios que quedan en el registro una vez desinstaladas las aplicaciones.
Utilizar un anti-malware y un buen antivirus
La instalación de aplicaciones y consumo constante de información a través de Internet puede hacer que el sistema se nos llene de bichos. El malware es un problema que lleva afectando a Microsoft Windows desde que este se hizo popular. ¿Es Windows inseguro? No. O bueno, no tanto como nos quieren hacer creer. Básicamente la mayoría de amenazas se centraban y se siguen centrando en él porque es el más conocido. Actualmente Mac OS X también ha sufrido bastantes ataques con algún malware que otro bastante conocido, e incluso Android y recientemente iOS se han visto afectados.
Pero volvamos a Windows. Tener una herramienta anti-malware es algo indispensable en cualquiera de las versiones del sistema de Microsoft. Las alternativas son afortunadamente muchas, y contamos con muchos programas de calidad que ayudarán a que defendamos nuestro sistema. Por nombrar algunos de los más conocidos, Ad-Aware o SpyBot Search & Destroy.
Ah, y una cosa más. No os olvidéis de instalar un buen antivirus, por si la cosa va a mayores. Actualmente los más populares son Avisa y Microsoft Security Essentials, ambos bastante livianos, gratuitos, y con la garantía de sus respectivos fabricantes, en el caso de Security Essentials, la propia Microosoft.
Realizar backups cada cierto tiempo o programarlos
Para los dos puntos vistos anteriormente, es muy recomendable realizar backups programados, por si después de instalar una determinada aplicación el sistema deja de funcionar como debiera, o algún virus o malware destruye los propios archivos del sistema.
La primera herramienta a la que tenemos que mirar en este sentido es la Restauración del Sistema de la propia Microsoft. Podéis encontrarla en Accesorios dentro del menú de Inicio. Y alternativamente, también recomendamos los siguientes artículos. Y es que, en Bitelia, siempre creemos que más vale prevenir que curar:
- 5 aplicaciones para restaurar el sistema
- ¿Cómo organizar tus backups periódicos?
- Guía práctica para realizar backups
Utilizar la nube
Está bien, esto no es Chrome OS, y Windows (al menos la versión actual) nunca ha estado orientado a trabajar en la nube. No estoy diciendo que nos desprendamos de nuestras aplicaciones de escritorio en favor de Internet, sino que miremos alternativas. ¿Necesitamos tener instalado Microsoft Office, una suite que no sólo enlentece el sistema, sino que es bastante cara? Las alternativas en la nube son muchas, empezando por Google Drive (antiguo Google Docs) y siguiendo por todas esas aplicaciones web que recomendamos día a día y que nos ayudan no sólo a no depender de aplicaciones de escritorio, sino a trabajar directamente desde la nube independientemente del ordenador en el que nos encontremos.
En el futuro, cada vez más, todo girará en torno a esa red que todos creamos, Internet, y sin duda este puede ser un buen momento para empezar a probar algunas de esas aplicaciones de las que todo el mundo habla y que aún muchos no se han aventurado a usar. ¿Realmente necesitas utilizar Word, Outlook, o Microsoft Paint?
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